Cuando alguien encargado de enseñar a otras personas, se rigen por las órdenes que dan los de arriba, es muy difícil mostrar a los que quieren aprender, que hay un mundo mas amplio del que muestran.
Pero en este mundo en el que vivimos, desde bien pequeños, se les coarta el desarrollo de la imaginación, haciéndoles un futuro de cadenas de trabajo en el que agachar la cabeza, no proponer ideas que puedan mejorar el trabajo y adaptarse a una rutina gris, es lo bueno, y todo lo que se se salga de ese patrón es malísimo.
Afortunadamente, hay personas que rompen con esas normas y enseñan de otra manera para que esos pequeños, puedan desarrollar su mente, hacer cosas distintas, proponer retos fuera de lo estipulado. Esos Maestros que no se limitan a ser solo profesores, dar el guión y cobrar su sueldo si implicarse ni preocuparse por los alumnos.
Afortunadamente también hay personas que luchan por romper con las cosas que marca unos políticos que no se dignan a levantarse de su asiento y pasarse por los colegios e institutos para ver como es la realidad, como es el día a día. Se creen que aceptando presupuestos en materiales, en tecnologías, y en nuevos sistemas educativos, hacen algo más que ponerse una cutre medalla que nadie valora porque cada vez más, lo que desprenden es asco hacia los que verdaderamente quieren que la educación y la cultura se valore como una de las cosas más importantes en esta sociedad.
También, afortunadamente, hay padres que se implican con sus niños y les hacer ver de manera real las enseñanzas aplicadas en las clases, y contribuyen a ampliar sus conocimientos, viajando, saliendo a ver desde trabajos de campo (ganadería, agricultura, riegos, acequias, etc…) como otras cosas más tecnológicas (molinos, museos, etc…), así como realizar varios deportes y actividades. En definitiva, que levanten durante un tiempo la cabeza de un libro, o mas importante aun, de una tablet o móvil.
Ojalá no convirtamos a nuestros peques en robots, y sean personas que puedan desarrollar un trabajo donde se les escuche, donde aporten, donde se les valore, y si hay alguna injusticia, sepan rebelarse y protestar contra ello. Con la cabeza bien alta y la mente bien curtida.
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