Hace unos días, los periódicos y redes sociales se llenaron de una fabulosa imagen: la de Federer y Nadal emocionados en el torneo homenaje a su despedida del tenis profesional de Roger. Claro ejemplo de respeto y admiración entre dos grandes rivales dentro de la cancha, que olvidan ser amigos cuando juegan con esa pasión competitiva, pero nunca olvidan que por encima de todo está el respeto que se tienen y que deben tener con cualquier contrincante.
Últimamente esto no es así con algunos de los ‘grandes’ jugadores que en diversos deportes, dejan una mala huella a esos seguidores que puede que de mayores quieran ser como ellos. Ese ejemplo de valores y deportividad se queda en segundo plano cuando ese famoso mira por encima del hombro a quienes tienen delante, con aires de grandeza, demostrando que no solo sirve el talento que pueda tener, si no los buenos modales que puede que carezca de ellos o que con tanta fama y dinero, se le haya olvidado tener.
No hablemos si encima no saben gestionar el perder. Esos gestos, esas malas caras, incluso rompiendo cosas, ¿se paran a pensar por un segundo que puede que les esté viendo un fan que acaba de rompérsele el corazón viendo que su ídolo es un perfecto idiota? incluso puede que le vean sus hijos, su familia en general.
Dame un jugador que puede llegar a ser uno de los mejores por su juego y su gran deportividad, y no me des a uno que sea número uno, pero demuestra ser un miserable con su desprecio y arrogancia.
El deporte es mucho más que hacer bien tu juego.
Me quedo con Nadal, Federer, Belasteguin, Coello, Sanyo, Stupa, Lima, etc, Carazo, Iván, Paco… (si no conocéis a estos tres últimos, son compañeros míos de Padel, y mi Padre 😀 ).
